Entrevista a Jose Aguilar. A partir del minuto 50" del video.
lunes, 26 de diciembre de 2011
"Quiero una habitación con LSD"
Publicado en MALAGAHOY 26.12.2011
"Quiero una habitación con LSD"
José Aguilar, 43 años trabajando en hoteles, escribe un libro con historias curiosas y divertidas de este sector turístico l Una vez sacaron a un fallecido en silla de ruedas para que los clientes no se enteraran
NURIA ALONSO / TORREMOLINOS | ACTUALIZADO 26.12.2011 - 01:00
De cara a la galería un hotel funciona como la maquinaria de un reloj; de forma precisa y silenciosa, todo para hacer que cada estancia se convierta en inolvidable. Pero detrás de este trabajo existen muchísimas historias y anécdotas, algunas muy divertidas y otras no tanto, aunque varias han sido recopiladas en un libro por José Aguilar, un hotelero que lleva unos 43 años en el sector y más concretamente desde el año 1969 vinculado a la cadena Meliá.
José recuerda que la primera anécdota data de cuando él tenía 18 años. En aquella época trabajaba en el Meliá Don Pepe y se le ocurrió escribir en un papel algunas historias divertidas que le ocurrían para contárselas después a su familia. A ese papel le sucedieron muchos, pero todos los guardaba para recordar los detalles. "Hace unos seis años hablando con el director que tenía en el Meliá Costa del Sol, Enrique Cibantos, me comentó que por qué no escribía un libro con todas las historias que tan bien conocía. Yo decía que lo escribiría cuando me jubilara y ahí empecé a escribir a escribir", recuerda el hotelero, que actualmente es jefe de conserjería del Meliá Costa del Sol de Torremolinos, pues le quedan dos años para jubilarse.
Ese ha sido el germen de un libro en el que no sólo se cuentan historias de su carrera, también se incluyen relatos de muchos compañeros que han querido aportar su granito de arena a esta improvisada historia del turismo de los últimos 40 años. "El 90% de las anécdotas son mías, pero también hay historias de amigos míos", afirma el autor. Sin embargo, José explica que el verdadero protagonista del libro es la anécdota no el personaje, por lo que no se dan nombres, aunque sí una serie de matices para describir a los protagonistas y los lugares.
Éste es el caso de una reina europea que en los años 80 en una inauguración en Canarias pidió una Coca-Cola light, un refresco que en aquella época acababa de salir al mercado. "El camarero llamó al director para comentarle la petición de la señora, aunque ese refresco no estaba en el hotel. Por eso un camarero se montó en una moto del servicio de seguridad y fue a comprar el refresco a una tienda cercana. Cuando estaban sirviendo el segundo plato llegó la Coca-Cola", relata el autor, quien afirma que muchos amigos no relacionados con el sector le han pedido en varias ocasiones que cuente sus historias.
Las nuevas tecnologías tampoco se han librado de protagonizar historias divertidas. José explica que hace poco tiempo un cliente llegó a un hotel y solicitó una habitación con "LSD", lo que causó el asombro de la recepcionista. "El cliente decía que la opción de LSD estaba en el folleto, mientras que la recepcionista le preguntaba que para qué quería ese servicio. El cliente comentó que era para que su portátil fuese rápido, por lo que finalmente la recepcionista cayó en la cuenta de que hablaba del ADSL", detalla con una sonrisa el autor.
También hay otras anécdotas aún más curiosas, como por ejemplo la de un fallecido que tuvo que salir de un establecimiento en silla de ruedas para que los demás huéspedes no se enteraran. "En los hoteles no se muere nadie, porque son sitios para divertirse, hacer negocios o ir de vacaciones", afirma, mientras destaca los detalles de la historia.
El éxito del libro ha sido tal que ya se comercializa en varios países de habla hispana. De hecho, José explica que cuando solicitó la colaboración de sus compañeros le llegaron muchísimas anécdotas más que no han podido aparecer en el libro, unas historias llegadas de todo el mundo que describen el día a día de personas que se dedican a prestar servicio a los demás.
José recuerda que la primera anécdota data de cuando él tenía 18 años. En aquella época trabajaba en el Meliá Don Pepe y se le ocurrió escribir en un papel algunas historias divertidas que le ocurrían para contárselas después a su familia. A ese papel le sucedieron muchos, pero todos los guardaba para recordar los detalles. "Hace unos seis años hablando con el director que tenía en el Meliá Costa del Sol, Enrique Cibantos, me comentó que por qué no escribía un libro con todas las historias que tan bien conocía. Yo decía que lo escribiría cuando me jubilara y ahí empecé a escribir a escribir", recuerda el hotelero, que actualmente es jefe de conserjería del Meliá Costa del Sol de Torremolinos, pues le quedan dos años para jubilarse.
Ese ha sido el germen de un libro en el que no sólo se cuentan historias de su carrera, también se incluyen relatos de muchos compañeros que han querido aportar su granito de arena a esta improvisada historia del turismo de los últimos 40 años. "El 90% de las anécdotas son mías, pero también hay historias de amigos míos", afirma el autor. Sin embargo, José explica que el verdadero protagonista del libro es la anécdota no el personaje, por lo que no se dan nombres, aunque sí una serie de matices para describir a los protagonistas y los lugares.
Éste es el caso de una reina europea que en los años 80 en una inauguración en Canarias pidió una Coca-Cola light, un refresco que en aquella época acababa de salir al mercado. "El camarero llamó al director para comentarle la petición de la señora, aunque ese refresco no estaba en el hotel. Por eso un camarero se montó en una moto del servicio de seguridad y fue a comprar el refresco a una tienda cercana. Cuando estaban sirviendo el segundo plato llegó la Coca-Cola", relata el autor, quien afirma que muchos amigos no relacionados con el sector le han pedido en varias ocasiones que cuente sus historias.
Las nuevas tecnologías tampoco se han librado de protagonizar historias divertidas. José explica que hace poco tiempo un cliente llegó a un hotel y solicitó una habitación con "LSD", lo que causó el asombro de la recepcionista. "El cliente decía que la opción de LSD estaba en el folleto, mientras que la recepcionista le preguntaba que para qué quería ese servicio. El cliente comentó que era para que su portátil fuese rápido, por lo que finalmente la recepcionista cayó en la cuenta de que hablaba del ADSL", detalla con una sonrisa el autor.
También hay otras anécdotas aún más curiosas, como por ejemplo la de un fallecido que tuvo que salir de un establecimiento en silla de ruedas para que los demás huéspedes no se enteraran. "En los hoteles no se muere nadie, porque son sitios para divertirse, hacer negocios o ir de vacaciones", afirma, mientras destaca los detalles de la historia.
El éxito del libro ha sido tal que ya se comercializa en varios países de habla hispana. De hecho, José explica que cuando solicitó la colaboración de sus compañeros le llegaron muchísimas anécdotas más que no han podido aparecer en el libro, unas historias llegadas de todo el mundo que describen el día a día de personas que se dedican a prestar servicio a los demás.
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