El “Trueque
Callejero” y la Resurrección de los Aficionados: ¡La
Economía del Contenedor!
¡Hola, amigos! Se
aproxima la Navidad, esa época mágica donde el espíritu se eleva y... el
bolsillo se desinfla a velocidad supersónica. El gran rompecabezas de los
regalos solo tiene dos soluciones: o aflojarse la cartera con la gracia de un
millonario o darle un buen meneíto a la tarjeta de crédito hasta que
eche humo.
Claro, lo más típico
es peregrinar a los grandes almacenes, ese templo del consumo donde, con total
certeza, descubres y compras justo lo que NO sabías que necesitabas.
Pero, ¡un momento! Para los más ahorradores (o los que tienen el saldo
en números rojos), una vueltecita por el bazar chino de la esquina puede alegrarles el día sin provocarle un
ataque de pánico a la cuenta bancaria.
Pero hablemos del
verdadero héroe de esta historia: “El Trueque.”
Definición para Despistados: El trueque
es el intercambio directo de bienes y servicios por otros bienes y servicios,
sin la molesta intervención del dinero, ese intermediario de valor que nos mira
con desprecio.
El Origen:
Cuando el Dólar no Existía (¡Qué Tiempos!)
Se estima que esta
maravilla económica se originó hace unos 10.000 años (o sea, diez
milenios). En aquellos tiempos, si querías un hacha, dabas un conejo. ¡Era
lo que había! Y funcionaba.
Pero ahora, en pleno siglo
XXI, el trueque se realiza de
una forma... ¡muy diferente! Hablamos del Trueque Callejero
Espontáneo y Anónimo entre completos desconocidos, una danza silenciosa de
objetos que buscan una segunda oportunidad.
Los Contenedores de Basura: El Mercadillo Premium
Hasta hace no muchos
años, rebuscar en los contenedores era una tarea exclusiva de los más
necesitados, que buscaban principalmente comida o artículos de primera
necesidad. Los tiempos cambian, amigos.
Hoy en día, sí, siguen
existiendo los más necesitados. Pero, ¡oh, sorpresa! También vemos a gente
muy bien vestida frenando sus relucientes coches al pasar junto a un
contenedor. ¿El motivo? ¡El tesoro! Muebles de cambios de decoración, una
lámpara con un ligero fallo en el cableado, adornos de todo tipo... ¡El
éxtasis del consumo sostenible e involuntario!
Y ahí es donde entran
nuestros queridos “Manitas-Restauradores”.
Estos artistas del bricolaje
son capaces de coger una mesita de noche con cojera y transformarla en un
joyero vintage, una estantería chic o, qué sé yo, ¡un dispensador
de secretos! No solo le dan una doble vida (y a veces, una vida mucho
mejor) al mueble, sino que, de paso, nos revelan la otra gran estrategia de
ahorro.
El Regalo de
Navidad más Original
Ese señor o señora Manitas-Salvador
agarra su joyero rescatado, lo lija con la paciencia de un monje, le da una
pátina art-decó y, ¡tachán! Lo envuelve en papel de celofán con un lazo
de seda, deseándote unas felices fiestas con una sonrisa.
Todo de lo más original
y, lo más importante, ¡gracias al famoso “Trueque Secreto y Anónimo”!
Nunca se supo su procedencia (ni falta que hacía), solo que un día estaba
pidiendo a gritos ser adoptado.
Así que, amigos,
¡echen mano a la imaginación! Seguro que se ahorran unos eurillos
y, además, sorprenden a los agraciados con un regalo que tiene más alma
que toda la sección de menaje del hogar. Los tiempos que corren son difíciles y
todo va encareciéndose, salvo la bondad (o la desesperación) de tirar
algo a la calle.
Yo, con mis amigos, me
voy ahora mismo a hacer el recorrido del "trueque". A lo mejor
me encuentro con la grata sorpresa de aquel mueblecito que dejé hace meses
porque los cajones se encasquillaban. En fin, no sé si recuperarlo o ver
quién será el próximo "truqueado".
¡Feliz Navidad! Pepe
Aguilar