miércoles, 17 de diciembre de 2025

 


Los perfumes que harían temblar a Rambo

         De la estantería del baño al Amazonas:                                                                                             

Pues sí, amigos, la Navidad ya está asomando el hocico a la vuelta de la esquina. Ese momento de encuentros familiares (algunos más deseados que otros), de ponerse "morao" a langostinos y de que los "cocinillas" de la casa se vengan arriba creyéndose Ferrán Adrià por echarle un chorreón de Módena hasta a los polvorones.

Pero, ¡ay, los regalos! Ahí tenemos esa amalgama de ideas para quedar bien con el cuñado. Y entre todos los paquetes, hay uno que me tiene "ojiplático": los perfumes. Porque, tras ver los anuncios de la tele, me he dado cuenta de que yo no compro una fragancia, ¡compro un seguro de vida con superpoderes!

Hasta ahora, los simples mortales no sabíamos los dones ocultos que escondían estos frasquitos. Fíjense en las colonias para caballeros. Yo pensaba que eran para oler a pino o a madera, pero no... Son para comandos de las fuerzas especiales o amazonas del asfalto.

Hay un anuncio donde sale un "zagalón" que se tira desde un acantilado a dos mil metros de altura (así, sin paracaídas ni vergüenza) y, cuando cae al agua, la colonia es tan potente que aparta a los tiburones, a las ballenas y hasta a los cobradores del frac. El tío nada entre cetáceos con una parsimonia que ya quisiera yo para cruzar la calle un lunes. Yo, por si las moscas, seguiré nadando donde el agua me llegue a los tobillos; que no me fío yo de que a un bicho de veinte toneladas le guste mi "Eau de Toilete" y decida que soy su postre favorito.

En mi próxima visita a la perfumería voy a preguntar: "Oiga, ¿tiene algo que espante a las medusas, a los erizos o a los peces araña?". Porque si el frasquito de 50ml me va a costar el sueldo de un mes y un riñón en el mercado negro, ¡qué menos que me haga de escudo magnético!

Y de los perfumes de las señoras, ¿qué me dicen? Eso ya es de cuarto milenio. Sale una muchacha corriendo por el bosque rodeada de una manada de leones y tigres, y ella va tan fresca. No hace falta ser domadora de circo, solo echarte el "Flis-flis" de turno y las fieras se vuelven gatitos falderos que hasta te ayudan a buscar el mando de la tele.

Parece que la tendencia este año es la supervivencia extrema. También hay otro perfume para el desierto, con un mozo aguantando 45 grados a la sombra y disfrutando de la arena como si estuviera en un spa. ¡Agarran más que una suegra en un baile de bodas!

Así que, amigos, si piensan regalar fragancias estas fiestas, pregunten primero qué actividades de riesgo practica el destinatario. Porque hoy en día un perfume no solo te da un aroma inconfundible, sino que garantiza que no habrá bicho viviente que se te acerque, ¡al menos para morderte!

Yo, de todas formas, me iré a la perfumería, pero no me atreveré a tales experimentos. Seguiré con mi colonia fresquita de toda la vida, que para pelearme con los tiburones ya tengo bastante con los atascos y los precios de la luz.

Si   pensáis  regalar  colonia  o  perfumes  os  doy  una  pequeña  idea: "Para que este año huelas de maravilla y, de paso, si te cruzas con un tiburón en la piscina o un león en el supermercado, ¡que sepas que vas protegida! Disfruta de tu perfume con 'superpoderes'.

¡Feliz Navidad!"

¡Felices fiestas a todos y que el único bicho que se os acerque sea el espíritu navideño!

Pepe Aguilar

 

 

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