EL LABERINTO DE LA ECONOMIA
En mis
tiempos de joven el entrar
en un laberinto
de Ferias era un entretenimiento divertido, el ver como
cada uno iba
por un pasillo de
cristal donde nos veíamos y
chocábamos con gente desconocida y
sin saber a que se dedicaban o a
que equipo pertenecían caminando por aquellos
estrechos pasillos con paredes
de cristal, a veces
no nos
podíamos tocar pero
lo pasábamos muy divertido
viéndonos unos y
otros estamparse con los
cristales y mucho
mas divertido era
para los que desde
fuera del laberinto
observaban como una y mil veces
volvíamos al sitio
donde entramos hasta que después
de algún
tiempo alcanzábamos la
ansiada salida.
Hoy y
desde hace algún tiempo
se ha hecho
mucho mas famoso el “laberinto económico “ en este
laberinto están y no se divierten como la gente de
a pie sino que
son los grandes profesionales del mundo de
las finanzas , economistas,
banqueros, en ese gran
Laberinto Global, donde los pasillos
de cristal se han convertido en un lenguaje
que par la
mayoría de los mortales es
difícil de comprender, partiendo de los
partidos políticos, y el sistema
financiero internacional o
aquello que se denomina
los “ mercados “ donde muchos lo
único que sabemos es que “nos
ponen las peras
al cuarto” .
Ahora parece
ser que nuestra economía
y el resto de Europa que es lo
que nos
toca mas cerca, pueda
cambiar con el solo hecho de que
cambie de presidente el
país vecino galo, todos ansiosos y con la
esperanza que alguno proponga
ideas verdaderamente renovadoras e
innovadoras que hagan cambiar
el rumbo, pero cuando consultamos
al mejor
asesor que es “ el
sentido común “ este, nos dice que
en el Laberinto que andamos metido
muchos de los pensamientos
políticos e ideas que se están
poniendo en marcha es
como empezar en el centro
del Laberinto y no iniciando el recorrido desde la
entrada.
Esto, tan
actual de trabajar en equipo ya
no es suficiente hay que
utilizar y trabajar con el
conjunto de conocimientos y
actitudes sin distinciones de ningún
tipo, apartando todo tipo de prejuicios o
intenciones de valor, no se
trata de echar el edificio abajo sino de
cambiar las distribuciones internas lo
que llamamos el saneamiento de
las administraciones.
Así que
deberíamos de plantearnos de una
vez la racionalización de gastos, recortar y recortar pienso que no
es la solución las ideas
domesticas hay que
traspasarlas a lo institucional por supuesto
con los expertos , pero por mucho que
quieran cambiar los recursos son
los que están y son estos los
que hay que administrar.
Y volviendo al famoso
Laberinto, cuanto mas choquemos, menos puntos de
encuentro y mas difícil el
pasillo para la
ansiada y deseado salida
del Laberinto.
José Aguilar
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