Te has jubilado y….
Y de repente, un día,
ocurre la magia! Te levantas por la mañana, pero no para correr a coger el
metro o para aguantar atascos. No, señor. El jefe ya no te espera, las
reuniones de brainstorming se
han esfumado y los informes con fecha de entrega se han convertido en una
leyenda urbana. ¡Te has jubilado!
Antes, la vida era una
carrera contrarreloj: cursos de actualización, nuevos programas informáticos y
el pánico de que se cayera la red justo antes de guardar un trabajo importante.
Ahora, el único pánico es que tus nietos se queden sin batería en la Tablet
mientras estás de canguro
oficial.
Y es que la jubilación
no es solo sentarse a ver series, ¡qué va! Es pasar de ser un pilar de tu
empresa a ser un pilar de tu familia. Te llaman para llevar a la nieta al
colegio, para recoger al nieto de su actividad extraescolar o para hacer de
chófer cuando a tu hijo le toca ir al dentista. ¡Tú agenda está más apretada
que la de un ministro!
La nueva "jornada
laboral"
Nuestra nueva rutina
laboral comienza con una tarea vital: mirar el almanaque. No para ver
los puentes o las vacaciones, sino para no perder la cita con el médico, la de
fisioterapia o la del podólogo. Las reuniones de brainstorming ahora son con otros jubilados en el bar de la
esquina, y el tema central ya no es cómo aumentar la productividad, sino cómo
lidiar con la artritis, la próstata o cualquier cosa que termine en “-itis”. Y
no hace falta ir a la farmacia a preguntar, porque cada compañero es un experto
en el Vademécum y te recita las
dosis de memoria.
Además, nos hemos
convertido en verdaderos genios de la cocina. ¿Qué hay una receta reconstruida
con espuma de no sé qué? ¡No hay problema! Con YouTube o la inteligencia
artificial a nuestra disposición, no hay plato que se nos resista. El único
riesgo es que la comida no le guste a la familia y te toque comerlo todo a ti,
claro.
La vida sin
"Apps"
Cuando nos reunimos con
los nietos y les contamos cómo era la vida antes, sin móviles ni internet, nos
miran como si estuviéramos inventando un cuento de hadas. Les hablamos de
cuando la televisión era en blanco y negro, de que solo había un teléfono en el
pasillo y de que el agua corriente era un lujo en muchos sitios. Para ellos, es
como si les estuviéramos describiendo la prehistoria.
Pero ahí está la magia:
nosotros somos los testigos de un cambio brutal. Hemos vivido en dos mundos,
el de las cartas escritas a mano y el de los emojis que lo dicen todo. Y eso nos hace verdaderos
historiadores, con historias y anécdotas que ningún libro de texto puede
contar.
Así que, a seguir
disfrutando, que la jubilación es solo el comienzo de una nueva aventura.
¿Qué es lo más
sorprendente que has descubierto sobre la jubilación?
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